Museo Etnográfico de las Tres Villas Pasiegas. Inaugurado en 1988, fue concebido como foco dinamizador de la cultura rural, costumbres y modo de vida de los pasiegos. Se ubica en la ermita de San Antonio, del siglo XVIII, donde se encuentra también el archivo municipal y un centro documental. El edificio, reformado siguiendo el modelo de una casa-cabaña pasiega, tiene dos pisos. En el inferior se ha reproducido un establo, donde se describe la forma de vida semitrashumante que han llevado las poblaciones pasiegas y que cuenta con múltiples objetos relacionados con las actividades agrícolas y ganaderas (aperos de labranza y de siega, herramientas para extraer y trabajar la madera...). Este compendio de útiles fueron cedidos por vecinos de las tres villas pasiegas (Vega de Pas, San Pedro del Romeral y San Roque de Riomiera). Por su parte, el piso superior, al que a diferencia de las auténticas cabañas se accede desde el interior, se ha instalado una habitación que hace las veces de cocina, con sus utensilios básicos, y de dormitorio, con cama de madera y colchón de hierba seca; así como un apartado destinado a pajar. Cuenta el museo con paneles informativos sobre el entorno geográfico y numerosas fotografías.
El cuévano y el palancu. La comarca pasiega ha conservado muchas de las costumbres que han marcado su vida, de ahí su riqueza etnográfica. Entre sus elementos más singulares se encuentran el cuévano, un gran cesto de varas de avellano que se carga a la espalda y que se emplea para acarrear hierba o leña o, incluso, para trasladar a los niños pequeños; y el palu o palancu, con el que se practicaba el salto pasiego, una modalidad deportiva autóctona que se suele recuperar en ocasiones durante la celebración de algunas festividades.
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